Se había generado una alta expectación durante la semana previa al inicio del torneo.Los dos campeones del torneo anterior se enfrentaban en La Granja de Curicó.

El local Deportes Provincial Curicó Unido en calidad de campeón del torneo de la B recibía a la «U», líder la primera A del fútbol nacional. «David contra Goliat», habría titulado alguna crónica antigua de «Mister Huifa» o Julio Martínez. ¡Al menos desde el punto de vista del costo de cada plantel, la diferencia es sideral!

Pero en la cancha no juegan las planillas. Ahí aparecen otras cosas. El honor deportivo, la irreverencia,el trabajo minucioso y la convicción en cada uno de los argumentos de cada plantel. Y en eso Curicó Unido trabajo el partido frente a la U de Chile, con personalidad e inteligencia.

» A los gigantes no hay que atacarlos de frente, hay que rodearlos, y sorprenderlos», declaraba el DT Luis Marcoleta, con la insatisfacción de la derrota reflejada en su rostro en  conferencia de prensa una vez terminado el encuentro.

Insatisfacción y desazón, pero también tranquilidad se instalaba en  la parcialidad  albirroja terminado el encuentro. Curicó Unido, al menos hizo méritos para no sufrir un castigo tan duro como la derrota.Fue un partido muy parejo, con cierto dominio de la U en cuanto a posesión de balón pero carente de profundidad, llegaron dos veces.Fue el equipo Curicano que supo generar incomodidad y profundidad en la zaga del cuadro azul, faltó la puntada final, mayor contundencia a la hora de terminar la jugada.

La U se llevó 3 puntos, conseguidos a través de lanzamiento penal, ejecutado por David Pizarro sobre el final del partido, que sancionó el juez Eduardo Gamboa, mas por cargo de conciencia ( no le cobró uno antes a la U), que por convicción arbitral o futbolística. La famosa «ley de las compensaciones».

Como durante un partido un jugador puede decidir el resultado de un encuentro en el último minuto,esta vez fue el arbitro Gamboa, que deja con las manos vacías a Curicó Unido, y con un triunfo, que fue demasiado premio para la gente de Angel Guillermo Hoyos.

El fútbol no sabe de justicia, pero sí sabe reconocer cuando un equipo trabaja y demuestra herramientas lícitas para ir por la victoria. Y en eso el cuadro albirrojo, a pesar de  enfrentar a un equipo lleno  de recursos por donde se  le mire, tanto en lo económico y futbolístico,supo y pudo demostrar que le puede ganar a cualquiera.

Las derrotas siempre son dolorosas, y esta no fue la excepción, pero si se puede sacar una lección, es que si bien se perdieron 3 puntos,también el equipo y su trabajo supo ganar el reconocimiento de todo el pueblo albirrojo, que valoro el esfuerzo regalado y dejó la sensación que en las derrotas a veces también se gana .

 

 

Gatomontés

 

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