» En aquella infancia futbolera, la imaginación era el puntero mas rápido e ingenioso en nuestro equipo. Ya ni recuerdo cuantos veces desbordamos a los mas pintados marcadores . Con la pelota en el alma, encarábamos a la tierra, que siempre terminaba por dejarnos impregnados de su sudor color café en nuestra camiseta. El correr era nuestro único libreto táctico y técnico, con el arco en nuestros ojos,llenos de ilusión y éxtasis, levantábamos las manos al firmamento cuando la agotada pelota inflaba las redes imaginarias de nuestro templo, ese templo sagrado para nuestra memoria como aquella vieja cancha. Alguna vez,con mi compañera-la imaginación- le pedi la tricota y los guantes al » Gran Loco Araya», y lo mas importante el permiso para volar como el lo hacia,nunca lo logré. Manuel «Loco» Araya , fue y sigue siendo único. Por su magia, por su simpatía, por su irreverencia y consecuencia, y por lo mas importante, porque nos enseñaste a volar en aquella infancia llena de sueños, y locuras de fútbol…