El año 1975 el «Negro Arenas» que venia de Molina, llegaba a jugar al Curi. Menudito de buena técnica, silente, pero férreo. El «Negro» siempre iba al balón, y si este venia acompañado de  una pierna rival, también ésta recibía la sutileza de la exquisita «zurda» con la que Jaime Arenas  deleitaba a toda la parcialidad Curicana domingo a domingo. ¡»El Negro le pega bien, no se desespera… es calladito pa´ jugar!»…..se escuchaba en ese caminar interminable que atravesaba la ciudad, camino a la Granja, ¡se venia otra tarde eterna de fútbol!.

Al año siguiente, 1976 el Estadio de Carabineros recibiría por dos temporadas a Curico Unido.»La Bombonera» de San Martín abría sus puertas de par en par  a  esas grandes tardes de fútbol, inolvidables, sufridas, carente de buenos resultados muchas veces, pero simplemente sublimes.Eran  tiempos difíciles, pero que  el fútbol se encargo de apaciguar dolores,levantar cantos  de esperanza y alimentar ilusiones,cuando el «Curi» saltaba a ese verdadero templo, pequeñito pero imborrable, que hoy solo están como testigos  la lealtad de esos viejos eucalíptus, que aun tienen esa pasión de agitarse al viento.

Si algo de particular tenía esa cancha, era que se escuchaba el palpito inagotable de cada jugador, durante los 90 minutos. Sentados en la galera,  salpicaba el sudor de nuestros héroes, al disputar cada balón.Cada falta era como si la sufriése el propio hincha.Corríamos cual carrilero con nuestra imaginación, junto a nuestro puntero, eramos  verdaderamente el jugador numero 12. ¡Un solo corazón!

Pero si había que poner coraje, había uno distinto a todos. Curicano, joven, con 17 años comenzaba a surgir el nombre de Carlos » Chula » Romero.En la banca del Curi había uno  del pueblo, del barrio sur, sí, de la población Aceite y Alcoholes Patria, el » Chula Romero», era banca del negro Arenas.

Comenzaba una nueva historia por la camiseta numero 4 del Curi. La técnica del «Negro Arenas», o la garra de Romero. Difícil decisión para los estrategas de aquella época.Pero si alguien la tenía aun más difícil, eran los punteros que llegaban a la bombonera. Oscar Roberto Muñoz gran puntero derecho argentino, de tremendas campañas en Cobreloa, vaya que supo de la marca fiera de Romero, le termino suplicando que «no le diera tanto». Otro que nunca se olvida de Curico es El «pollo Véliz», seleccionado nacional en esa época,anulado totalmente, termino siendo expulsado defendiendo a Union Española frente a Curico.

Hoy mágicamente, la exquisita técnica y la garra de esos tremendos » Back  Wing»( laterales), siguen presentes, en las canchas de nuestra tierra , incluso tal como hace casi 40 años, abrazados por una misma camiseta, alguien puede preguntar aún: ¿ Quien va de 4 el domingo?